viernes, 3 de octubre de 2014

ALGUNAS GUITARRAS EN LA LITERATURA

Federico García Lorca
Félix Grande Lara
MEMORIA A FÉLIX GRANDE
Trabajo de los alumnos
Alicia Alves Rodríguez                  Inés Pineda Tejeda

Este instrumento musical de origen indio y tan familiar entre nosotros, se ha llevado bien con la Pintura y con la Literatura. Algunas muestras: el poema “Guitare”, del creacionista Vicente Huidobro amigo de Picasso y Juan Gris o la composición que Gerardo Diego incluye en Manual de espumas en la que los versos van dibujando la figura voluptuosa del instrumento, convirtiéndola en símbolo erótico.
Nosotros, sin embargo, nos acercamos a las guitarras de Félix Grande y de F. García Lorca. Para el primero la música que nace de las cuerdas es una pomada ante la angustia vital y el sentido de la existencia.
Félix Grande
Madera de guitarra,
madera melancólica
inconcebiblemente
lujosa de memoria,
lujosa de nostalgia,
de soledad lujosa:
como un golpe de yedra
sobre la tapia abandonada y rota.

En soledad la pena
tiene seca la boca,
seca de gritar tanto
sin que nadie la oiga:
hasta que la madera
de guitarra se ahonda
entre la pena, y cuenta
toda la pena de la pena sola.

Las clavijas se tensan,
los bordones se aprontan,
los trastes se conduelen
el mástil reflexiona:
y de pronto el silencio
y el sonido remontan
la pena solitaria
y en música la vuelven y la honran.

Bendita esta madera,
bendita sea la historia
de la guitarra. Su alta
voz de misericordia
susurra su pomada en los rincones
en donde el corazón se desmorona,
y su luz sigilosa nos ayuda
a vivir tanteando entre las sombras.

Federico García Lorca
La guitarra lorquiana es emblema del dolor infinito dentro de su universo lírico (agua, viento…) y también, símbolo antropomórfico de carácter ambiguo.
Escribió este poema en 1922 para un trabajo que realizaba junto a Manuel de Falla que transmitía la idea de salvar el arte popular gitano.

Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas
de la madrugada.
Empieza el llanto
de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible
callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible
callarla.
Llora por cosas
lejanas.
Arena del Sur caliente
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco.
Llora tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
¡Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.

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